"lLAS FURIAS" En el Museo del Prado- Entre la Alegoría política y el desafío artístico
Según la mitología griega, "Las Furias" nacieron de la noche aunque también se dice que surgieron cuando Cronos cortó los testículos a su padre Urano y la sangre cayó sobre la Gea (la Madre Tierra). Las Furias, por tanto fueron concebidas para castigar a aquellos que osaron ofender a los dioses y debían de expiar sus culpas. Había que restablecer el orden perdido y los delitos debían ser expiados en el mundo de los mortales pero los que no lo habían hecho en ese mundo tenían que hacerlo en el otro por medio de atroces sufrimientos. Y así es como se nos muestran estas figuras concebidas por aquellos artistas que supieron captar con precisión el dolor por un lado y la perfección artística por otro.
En España cobran protagonismo Las Furias e irrumpen en el mundo
del arte en 1548 cuando María de Hungría recurrió a Tiziano para que realizara
cuatro lienzos para su palacio de Binche donde los protagonistas serían cuatro
moradores del Hades greco-latino que habían sido condenados por osar
desafiar a los dioses. Estos cuatro moradores, identificados con los príncipes
alemanes que se habían alzado contra el Emperador Carlos V, son los que darán
vida a estos magníficos lienzos de "Las Furias". A Ticio, un buitre
le devora el hígado por intentar a violar a una amante de Zeus. Tántalo tendrá
que buscarse el alimento vanamente por servir a su hijo de festín a los dioses;
Sísifo tendrá que soportar sobre su espalda una gigante piedra por haber
delatado las infidelidades de Zeus. Y por último, el cuarto personaje Ixión,tendrá que dar vueltas infinitamente atado a una rueda por intentar conquistar y seducir
a Hera.
Y así se nos ofrecen al espectador estas
Furias desatadas, furias de la más baja naturaleza del hombre para dejar
constancia de que los pecados se pagan y que los errores, a veces, no
tienen vuelta atrás. Tiziano, Ribera, Miguel Ángel, Salvador Rosa o Giovanni
Battista, han conseguido unir dos sensaciones completamente diferentes que son
el horror y la belleza en perfecta simbiosis. Nunca el dolor fue tan patente
como explícita la expresión del mismo. Figuras desnudas de robustos hombres en
complicadísimas posturas que sólo aquellos artistas fueron capaces de realizar.
Las escenas de un realismo audaz, nos llenan de emoción y horror al contemplar al buitre extrayendo un ojo de su cuenca o las entrañas a través de la enorme herida del vientre, mientras, casi, podemos oír los gritos de dolor
de los desgraciados.
Estas obras, Las Furias, disfrutaron de
enorme popularidad durante más de 120 años porque fueron adquiriendo diferentes
lecturas además de la clara connotación política de sus inicios. La estética
del horror fue extendiéndose por Europa durante el Barroco y acabó siendo un
fin en sí mismo. Los más importantes artistas de la época quisieron
probar su arte para demostrar su talento hasta que en 1700 fueron siendo
reemplazadas por otros temas que permitían a los pintores otros planteamientos. Las Furias, sin
duda, ofrecen múltiples lecturas y fue un excelente instrumento para
profundizar en la recepción de la Antigüedad en el Renacimiento y el Barroco lo
que contribuyó al equilibrio entre las aportaciones de artistas y patronos en
Europa.
La vigencia de estas pathosformeln viene
simbolizada en la muestra por el Laocoonte en su doble condición de exemplum
artis y exemplum doloris.
Son 28 obras que se distribuyen en cinco secciones y en diferentes soportes, todas ellas de gran belleza y máxima sensibilidad.
La exposición se podrá ver hasta el 4 de
Mayo en el Museo del Prado.