Enrique Reche
No se sabe como lo consigue pero Enrique Reche camina por la senda de la perfección que plasma en cada una de sus obras. Parece que el tiempo se hubiera detenido, obstinado, en la misma imagen, en la misma forma o textura, en el mismo elemento. Nos imaginamos a Reche acariciando el membrillo, las hojas vencidas por el tiempo, el cristal de un sencillo búcaro. Nos imaginamos al artista con los ojos cerrados mientras sus manos vuelven una y otra vez por esos frutos que la naturaleza nos devuelve cada año para que se suceda una y otra vez el milagro de la vida. Son sus hijos naturales desgajados de las ramas los que atraen a Enrique Reche para devolverlos, íntegros, a su capricho, a la extasiada mirada del espectador.
Imagen y sensibilidad. Belleza incontenida.
El otoño vuelve una vez más a ESPACIO36 hasta el 15 de Diciembre de 2011
Galería de Arte
Espacio 36
C/San Andrés, 5
49002 ZAMORA