Thursday, January 14, 2010

Lin, Ming-Hui (¡BU!)

























El arte también es un juego, un juego infantil que se inicia desde el primer momento en que el niño tiene conciencia de su propio ser: de sus manos, de sus deditos, de sus pies, de su rostro.

La artífice de esta muestra, Lin, Ming-Hui, dice que "este trabajo gira en torno a la identidad, el problema de la identidad, la extrañeza de la propia cara".
¿Quién no ha probado, ante un espejo, hacerse burla, sacarse la lengua, fruncir el ceño, abrir desmesuradamente la boca, gemir...? La exprexividad de un rostro no es más que una expresividad artística, una muestra de muecas que bien podrían servir para dar vida a muñecos de guiñol, a gigantes, a cabezudos. Arte en su más rotunda expresión.

Dice Lin que cualquiera que se acerque a su instalación se sentirá dentro de lo cotidiano, pero también percibirá cierta extrañeza. ¿Cierta extrañeza? Tal vez sea, simplemente, la extrañeza de una raza extraña, de unos rasgos diferentes a los propios, nada más, porque él ámbito de las emociones es patrimonio universal, de la Humanidad con mayúsculas. Se siente dentro del cuerpo pero se manifiesta en el exterior, en el rostro, en el gesto.
Singularidad, belleza, estética, uniformidad. Todo cabe para la imaginación.


Sala de Exposiciones CAJA ESPAÑA
C/San Torcuato, 19
Zamora
Hasta el 7 de febrero