Sunday, January 29, 2017

BILLY BUDD, de Benjamin Britten, en el Teatro Real




Benjamin Britten escribe esta ópera inspirándose en el relato póstumo e inconcluso Billy Budd, Sailor de Herman Neville, autor de Moby Dick, donde los temas del mar y todo lo que conlleva,  junto a la ética y la moral, la belleza juvenil, la homosexualidad y el permanente debate entre el bien y el mal, serán los aspectos que más atraen al autor. El libreto, del que  se pueden extraer no pocas escenas cinematográficas, está cargado de literatura operística lo que lo convierte en un libreto perfecto.  Hay que tener en cuenta  que Britten tenía una gran amistad con  grandes literatos de la época como Morgan Foster y el director teatral Eric Crozier quienes le ayudaron en el proyecto.

La historia de esta ópera nos hace recordar al Holandés Errante: El mar, la navegación, la tripulación, el drama. Aquí también hay un navío en el que se embarca Billy Budd, un atractivo joven que pone en jaque a toda la tripulación incluidos los mandos. El joven despierta sentimientos contradictorios en un grupo humano que vive en mundo sórdido y desconocido para él y en este mundo surgirá el conflicto en el que interfieren los tres personajes implicados:  el propio Billy Bud que no saldrá bien parado, el capitán Vere y el pérfido maestro de armas John Claggart. En medio de ese microcosmos se desencadenará una perversa maquinación donde el odio y la injusticia serán los que venzan.

Este buque, convertido en un infierno, es utilizado por Britten de manera magistral ya que convierte a la orquesta en un grupo de cámara para buscar la sonoridad más apropiada en todo momento, en detrimento de la intervención de la orquesta que en esta ocasión  incluye arpa, clarinetes bajos, contrafagot, saxofón, un nutrido grupo de metales y muchos y variados instrumentos de percusión (seis intérpretes). Una vez más el compositor recurre a los interludios orquestales, que adquieren especial transcendencia cuando la música llega donde no alcanzan las palabras.

Billy Budd, se estrenó por primera vez en diciembre de 1.951 en el Covent Garden, con dirección musical del compositor.  Pese al éxito del estreno, la ópera tuvo un corto recorrido hasta la presentación, en 1964, también en el Covent Garden, de una nueva versión revisada, en dos actos, registrada en disco en 1967 bajo la batuta de Benjamin Britten.  Será ésta la versión de la partitura que el Teatro Real desvelará, finalmente, al público de Madrid.
Esta nueva producción del Teatro Real se representará entre los días 31 de enero y 28 de febrero. Se ofrecerán 10 funciones.
En torno a esta representación habrá también un concierto el día 10 de febrero, a las 20.00 horas en la Fundación Albéniz a cargo de Feliciy Palmer, mezzosoprano y de Simon Lepper, piano.









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