Don Giovanni, de Mozart, nueva ópera en el Teatro Real
Don Giovanni se estrenó por primera vez en Praga el 29 de octubre de 1787 y en el Teatro Real de Madrid el 20 de abril de 1864. Esta ópera, don Giovanni, es la más celebrada durante la época del Romanticismo y desde su estreno en 1787 siempre ha suscitado interés y provocado cientos de preguntas sobre este controvertido personaje; un hombre conquistador, altivo, pendenciero, simpático, cínico, a veces ridículo; que amaba y despreciaba a las mujeres al mismo tiempo, a las que convertía en víctimas y cómplices o salvadoras, según le conviniera. El director musical, Claus Guth se plantea todas estas cuestiones centrando la acción en un oscuro y siniestro bosque -no exento de belleza- que llevará al protagonista a una trágica muerte. La trama, en tres actos, se inicia en el momento en que Leporello, el criado de don Giovanni, espera impaciente a éste que, a su vez, está dedicado a su última conquista. Justamente, en ese momento, don Giovanni está enzarzado en una discusión con doña Ana cuando aparece el padre de ésta quien intenta defender el honor de su hija, prometida y a punto de casarse. En aquellos tiempos el honor era el mayor patrimonio para cualquier hombre que se preciara de serlo. Doña Ana, horrorizada, corre en busca de su prometido para que defienda a su padre pero, cuando llega, éste ya ha fallecido. Doña Ana pide a su prometido que vengue la muerte de su padre. Van apareciendo personajes; muchas mujeres en la vida de don Giovanni como doña Elvira, una dama despechada por la infidelidad de su esposo. Don Giovanni querrá consolarla, pero cuando descubre su identidad se da cuenta de que doña Elvira había sido, anteriormente, su esposa a la que abandonaría más tarde. También Zerlina es otra víctima de don Giovanni. Ésta está a punto de contraer matrimonio y al verla se siente inmediatamente atraído por ella, entonces pide a su fiel criado que aleje al novio del lugar para afanarse en su nueva conquista. Ella caerá en sus redes y después de engañarla prometiéndole matrimonio lo seguirá incondicionalmente. El fiel criado Leporello está cansado de seguir a su amo en tan múltiples conquistas y le ruega una y mil veces que deje esa vida disipada porque está muy cansado, pero no se atreve a dejarlo y le seguirá fielmente pese a las burlas y humillaciones que le prodiga. La obra está salpicada de situaciones surrealistas y perversas, en muchos casos inconcebibles en una sociedad ordenada y prejuiciosa. En cada época, y me atrevería a decir, que en cada pueblo o ciudad ha existido, y existe, un don Giovanni. No en vano, casi todos, desde niños, hemos oído contar a nuestras madres y abuelas historias de jóvenes libertinos que vivían sin freno, sin ataduras, sin acatar las leyes divinas, ni las leyes impuestas por los hombres. Como refiere Joan Matabosh, al final, la pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué hacemos con nuestra vida? ¿Nos conformamos o nos subordinamos? ¿Rompemos con todo, nos amoldamos o cortamos lazos? Cabe preguntarnos, recurriendo a los clásicos, como pensaba Rousseau, ¿Es el hombre más feliz en su estado de naturaleza dejándose llevar por el placer, sin ataduras ni convencionalismos sociales? ¿Acaso no es mejor para el hombre y su felicidad vivir su libertad, sin atarse al “contrato social” que cercena la libertad del hombre? Esa es la cuestión. Ficha técnica: Director musical: Ivor Bolton Director de escena. Claus Guth Orquesta y Coros del Teatro Real Coreógrafos: Ramses Sigl Escenógrafos. Christian Schmidt En el papel de don Giovanni. Chistopher Maltman Duración de la ópera, 3 horas 15 minutos aproximadamente. Dias de representación: 18,20,23,26,27,28,29,30 de diciembre y el 2,3,4,7,8,9, y 10 de enero. (15 funciones) Concha Pelayo
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