MUSEO NACIONAL DEL PRADO “META PINTURA, un viaje a la idea del arte”
“Meta
Pintura, Un viaje a la idea del arte” es el lema que el Museo del Prado da a la muestra que en estos días intenta familiarizar al público con obras que ya figuran en el imaginario colectivo. Obras únicas y magníficas que a lo largo de los años hemos ido conociendo, familiarizándonos con ellas desde nuestra infancia. Así, cuando hacemos referencia a estas obras, es inevitable evocar a sus autores. En nuestra memoria los maestros Velázquez, Goya,
Rubens, Murillo, Durero, etcétera. Y de estos nombres surgirán “Las Meninas”
“Los girasoles", “El Rapto de Europa”, “Autorretrato” y así hasta empapar nuestra memoria de las grandes obras maestras de la pintura.
Existe un tiempo en el que hemos convivido con estas imágenes y con estos
inolvidables autores, un tiempo que ciframos desde las Edad Media hasta iniciarse la Edad Contemporánea, momento en que se verbaliza el arte como concepto y como se entiendie momo tal.
Esta magna exposición se nutre de las propias obras
del museo y de una veintena de obras, préstamos de otras instituciones. Podría
decirse que, tanto las Colecciones Reales como la pintura española son los dos
pilares donde se fundamenta la exposición.
Este tipo de obras se caracterizan por dos razones fundamentales:
por un lado reflejan el mundo exterior que rodeaba a los artistas y por otro,
porque son un espejo donde los autores reflejan su rostro o situaciones con la
propia realidad. Resulta asombroso, cómo a lo largo de los siglos se observa la
comunicación que ha habido entre el artista y el público para obtener ese
reconocimiento que supone hoy el arte contemplado empíricamente.
Si nos remontamos a los orígenes del arte, y para
explicarnos los inicios del mismo en el Prado, tendríamos que detenernos en Grecia de donde parten los relatos y las leyendas mitológicas, a través de los cuales se pudo explicar el impulso que en 1819
supuso para la creación del Museo
del Prado.
Nos llamará la atención el punto en el que Don
Quijote y Las Meninas nos advierten de que ambas creaciones hacen referencia al Siglo de
Oro, dos hitos de la pintura y la literatura europeas. Y es que cuando no basta
el arte, las imágenes, nos imbuimos con la presencia de contenidos
extraartísticos, con imágenes a las que se les atribuye poderes mágicos y religiosos. Así, en esta sección se plantea el ilusionismo o el afán de
confundir la pintura con la realidad.
Una segunda interpretación, otra fase de la
exposición, se puede interpretar como que el concepto de arte está ligado a la
historia y tradición y a la noción del artista o a su personalidad creadora. Por
ejemplo, en el Autorretrato de Tiziano, se inicia con varios homenajes a este
maestro para culminar con Las Hilanderas, lugar de encuentro entre Tiziano,
Rubens y Velázquez. Aquí, el espectador puede dejar volar su imaginación y visualizar
los encuentros que estos artistas pudieron tener, incluso imaginar sus relaciones y
estilos de vida.
Hay un siguiente espacio dedicado al "rostro del
arte" donde se muestran retratos o autorretratos a través de los cuales podemos
apreciar como eran los artistas y como querían ser percibidos para la
posteridad. Una vez más el espectador se topará con esos lugares de aprendizaje
y creación así como los lugares donde iban a ser destinadas las obras.
Y para terminar, las últimas secciones provocan la
reflexión sobre arte y artista que se dio en España durante la Ilustración.
Con Jovellanos y Goya se articula la primera historia moderna de la pintura
española y se ponen en cuestión los usos relacionados con las imágenes.
Sin duda, esta muestra resulta de una intensa
actividad introspectiva donde tanto la obra como el entorno del creador que la
elabora tienen un importante significado. Así, las artes nos muestran también
las emociones y sentimientos que provocan el amor, la muerte o la fama.
La muestra podrá verse
en el Museo Nacional del Prado hasta el 19-02-2017
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