NUEVO ESPACIO MIRÓ EN LA FUNDACION MAPFRE
A partir del próximo día 14 de diciembre se podrán ver en la Fundación Mapfre del Paseo de Recoletos de Madrid, 65 obras de Joan Miró, todas ellas procedentes de diferentes propietarios que han cedido sus obras como depósito temporal.
La creación de este nuevo Espacio Miró, espera convertirse en un lugar de referencia para el estudio de la obra del pintor catalán en Madrid.
Además de estas 65 obras hay también 4 esculturas y un óleo de Alexander Calder, obsequio de éste al propio Miró al que le unió siempre una gran amistad.
Los temas que podremos ver en esta muestra abarcan diferentes épocas del pintor, donde se aprecia la tendencia del artista a retomar los mismos temas, siempre coloristas, alegres, vitales y llenos de esa libertad que confiere la infancia y que al pintor catalán le acompañó siempre pues nunca dejó de ser niño.
Pese a que Miró, a partir de 1924 sufre numerosas transformaciones, mantiene siempre la misma identidad lo que le identifica y distingue a lo largo de su carrera artística. Aunque los motivos son siempre los mismos, Miró les confiere nueva vida. Así el negro y los trazos duros y agresivos alternan con formas arabescas o curvas manchadas por las gotas que dejan marca sobre la tela.
La muestra se divide en cinco partes: El signo y el gesto; Mujeres, pájaros y estrellas; Las cabezas; Desafío a la pintura.
En el signo y el gesto, Miró nos muestra un lienzo donde caben una serie de formas interconectadas entre sí, en las que se observa la gestualidad acompañada del rasgo para que el espectador averigüe alguna expresión vital.
En Mujeres, pájaros y estrellas, aunque los motivos son siempre los mismos, Miró les concede nueva vida, así esos elementos se llenan de trazos negros, duros, y de esas curvas manchadas que dan forma a lo que persigue el pintor.
A Las cabezas el artista les concede una técnica mucho más depurada dejando la obra casi al desnudo. Enormes cabezas llenan el lienzo por completo y captan la atención del espectador al que le sugiere cierto temor pues le miran directa y descaradamente.
Por último, el desafío, Miró intenta asesinar a la pintura pues adopta materiales de desecho, más propios de ser arrojados a la basura que de darles alguna utilidad. Así, las resinas, las tablillas o los pegotes se convierten en protagonistas. Y además, en un alarde de "intertextualidad" Miró trabaja sobre obras de otros artistas, comprando cuadros en mercados populares, realizando una decena de obras con este procedimiento.
Una bellísima muetra que los amantes del arte podrán admirar a partir del próximo día 14 en el Paseo de Recoletos, Fundación Mapfre de Madrid.
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