PARSIFAL, PRÓXIMO ESTRENO EN EL TEATRO REAL
El Teatro Real de Madrid llevará a escena, del 2 al 30 de abril, Parsifal de Richard Wagner, una obra exigente cuyo contenido simbólico y metafísico expone la idea de redención como ocurre en toda la obra wagneriana. El lugar, el castillo de Monsalvat, en el que una cofradía de monjes caballeros dirigidos por el rey Amfortas, custodia unas reliquias. El protagonista Parsifal, un héroe que desconoce sus orígenes y hasta su nombre, tiene una revelación cuando está a punto de caer seducido por la bella Kundry.
Hay un peregrinaje de Parsifal por diferentes lugares hasta conseguir la Lanza Sagrada tras lo que es nombrado rey. Claus Guth, director de escena, recoge el símbolo, el mito, para demostrar la decadencia moral y física en el núcleo familiar y que sólo el amor y el perdón serán capaces de salvar.
Claus Guth, sitúa esta última ópera de
Wagner en un sanatorio inspirado en La Montaña Mágica de Thomas Mann, donde se muestra
a una sociedad en decadencia desesperada
y humillada en busca de un líder que la redima de su destino. Un sanatorio que
recrea el drama de supervivientes de guerra: lisiados, deprimidos, desanimados
ante lo que devino tras la Primera Guerra Mundial.
El conflicto colectivo corre paralelo al conflicto familiar
para demostrar que lo uno incide fatalmente en lo otro. Cabe preguntarse por el significado del tiempo, algo que une
inexorablemente al ser humano y a su contexto. El tiempo es dinámico y
productivo, circular, vuelve una y otra vez al mismo sitio para demostrarnos que sin este movimiento no habría cambio.
Tres actos vibrantes de simbolismo, no exentos de fe, -creer
en lo que no se ve-.
El hechicero Klingsor que es rechazado por la hermandad de
Caballeros por llevar una vida licenciosa, se convierte en enemigo implacable
de Amfortas al que consigue arrebatarle su lanza hiriéndole en el costado. La
herida sólo será curada por alguien que por medio de la compasión alcance la
sabiduría. La dinámica de la trama nos lleva a la Última Cena, al
Santo Grial, a la sangre de Cristo. El resplandor del cáliz ilumina la sala mientras se ofrece el pan y el vino.
Mofarse de la crucifixión de Cristo trae malas consecuencias;
es lo que confiesa Kundry a Parsifal, a
quien trata de seducir, pero ésta se ve rechazada. Para vengarse pide a
Klingsor que arroje la lanza contra él pero Parsifal la coge en el aire
haciendo la señal de la cruz, lo que provoca que se derrumbe el castillo.
Ha pasado el tiempo y el arrepentimiento de Kundry se pone
de manifiesto cuando es descubierta desvalida junto a un matorral. Aparece
Parsifal que busca el camino de regreso. Allí, Kundry le lava los pies y se los
seca con sus cabellos. Siempre alusiones a los Santos Evangelios y a las
parábolas.
Amfortas, agonizante,
pide que le den muerte pero la espada de Parsisfal toca su herida y se cura. Parsifal acepta ser
el salvador del Grial y Kundry, al fin, liberada de su maldición caerá muerta.
Esta ópera se estrenó el 26 de julio de 1882 en la Festspielhaus de Bayreuth y en España el 31 de diciembre de 1913 en el Gran Teatro del Liceu, de donde proceden estas imágenes.
Parsifal, según el libreto de Richard Wagner, está basado en el poema
épico de Wolfram von Eschenbach y es una Coproducción de la Ópera de Zúrich y el
Gran Teatro del Liceu de Barcelona. Director Musical Semyon Bychkov, Director
de Escena Claus Guth.
Se representará los días 2, 6, 9, 12, 15, 18, 21, 24, 27 y
30 de abril.
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