Concierto monográfico sobre Mozart en Zamora
Se cumplen 225 años del fallecimiento de Wolfang Amadeus
Mozart y los amantes de la música lo
celebran con conciertos en todo el mundo.
Desde la ciudad natal del compositor, Salzburgo y en el
transcurso de una gira, se ha desplazado hasta Zamora invitado por la
Asociación Zamorana de la Música “Bellas Artes”, el Dúo de Salzburgo, compuesto
por Iwonne Timoianu, violonchelista y Alexlander Preda, pianista, para ofrecer
un concierto en la Biblioteca Pública con un programa monográfico sobre Mozart
en el que, los más sensibles, han hecho
volar su imaginación mientras sonaba la música.
Este dúo formado hace 25 años es mundialmente reconocido
además de ser uno de los que mejor
reflejan la tradición musical de la ciudad del compositor. Cuenta en su haber
con más de mil conciertos por Europa y otros lugares como Japón, América o África
del Sur entre otros países. Así mismo, son muchos los festivales donde han
participado en diferentes ciudades españolas así como en Austria, Bélgica,
México o África del Sur.
Individualmente, Ivonne Timoianu, ha cosechado numerosos
galardones avalada por su esmerada preparación musical y por los prestigiosos
profesores que contribuyeron a su formación como Rostropovich, Antropof o Popov. Son incontables los premios
cosechados en concursos internacionales. Su instrumento, un Giovanni Gracino
del año 1721 la acompaña y ambos conforman una perfecta simbiosis de
magistrales resultados.
Por su parte, Alexander Preda, representa a la escuela interpretativa
centroeuropea. A los dieciséis años
actuó como solitas del Concierto nº 1 en Do Mayor de Beethoven y más adelante
realizó cursos de perfeccionamiento con Carlo Zecchi dando conciertos por toda
Europa, América o África. Como su compañera, ha sido galardonado con numerosos
premios internacionales en Leipzig, Bucarest y en Jerusalén. En la actualidad
es profesor de la Universidad “Mozarteum “ de Salzburgo.
La programación para este concierto, compuesto de dos partes
donde en la primera interpretaron SONATA EN SI BEMOL MAYOR, KV 434 y “EINE
KLEINE NACHTMUSSIK” KW 525 y en la segunda “Haffner-Serenade”, KW 250.
El público asistente que llenaba la sala pudo trasladarse,
con la imaginación, a los lugares donde Mozart pudo inspirarse para comprobar
que su música siempre es excelsa, perfecta, sin concesiones para la crítica. El
compositor tenía la habilidad de componer sus trabajos y tal cual los creaba en su cabeza así los plasmaba,
algo inusual que lo llevó a un perfecto clasicismo.
Largo, allegro, andante, allegretto fueron fotografiando
bosques de ninfas, amaneceres sobre lagos plateados bordeados de coníferas.
Aves paradisíacas saludándose con el alba, ramas que crujen bajo el aleteo. Los
dedos del pianista imitaban las alas de las mariposas agitándose sobre el
teclado, mientras el violonchelo vibraba como vibraba su dueña. Los ojos se
cerraban y el cuerpo hablaba. Para la ocasión, la intérprete quiso recrear, con
su atuendo, a las mujeres campesinas de Salzburgo: vestido
largo negro sobre camisa blanca dejando al aire unos hombros vigorosos,
cincelados por la emoción y por el trabajo.
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