Rosa Ramalho, Barcelos (1888-1977)

Comenzó a familiarizarse con el barro antes de cumplir siete años moldeando pequeños muñecos que vendía en las ferias. Se caso con 18 años con Antonio Mota, molinero, pero enviudó poco tiempo después. A partir de entonces se dedica en cuerpo y alma a su gran vocación: trabajar el barro, lo que le permitió dar rienda suelta a su imaginación y a vivir de ello.

Su obra es la vida que la rodeaba. Todo lo que veía era modelado por ella. La naturaleza, como referente, el espacio, la vida cotidiana, los animales domésticos, los elementos que se utilizaban. Todo tenía protogonismo entre los dedos de esta mujer aldeana que consiguió hacer de su arte, escuela.

Llama la atención, en cualquiera de sus obras, el movimiento, el dinamismo de las piezas, incluso aunque éstas aparezcan quietas. El color, la luz, la vida que bulle en cualquier época del año. Todo fue captado por las manos de Rosa para la posteridad, para orgullo de sus paisanos y para demostrar que la ternura y la sensibilidad pueden hacer milagros.

Museo de Olaria (BARCELOS)
www.museolaria.org
Colección Permanente