Conciertos de Primavera
Fundación CAJA DUERO






Mientras el agua no cesó de caer en toda la tarde y para dar la bienvenida a la Primavera, la Iglesia de San Andrés acogió a la Joven Orquesta de Cámara de la Fundación Caja Duero,al Coro de Niños y al Coro de Cámara de la Universidad de Salamanca para deleitar al público que abarrotaba el Templo con el Réquien de Fauré junto a Fantasía para viola y orquesta Op. 94 de Hummel y Sinfonía nº 29 de Mozart. En esta ocasión, dirigió Gérard Caussé, profesor del Conservatorio Superior de Música de Paris.

Fue Fauré el que hizo de su Réquiem una pieza diferente. Diferente al de Mozart, Mendelssohn, Britten o Verdi, cuyas obras, excelsas y maravillosas no son ajenas al terror de la muerte. Al Juicio Final.

Fauré, acepta la muerte en su Réquien de forma bondadosa y pacífica, como algo liberador.

Así fue expandiéndose la música por el interior del templo de San Andrés, rozando cada figura barroca, cada filigrana ornamental, acariciando el oído de un público extasiado.

A propósito de esta magistral pieza, André Maurois escribió en sus "Memorias" después de haber oído el Réquiem : "La divina música de Fauré, la lentitud hierática de las evoluciones, la solemnidad de la absolución me apaciguaron. Requiem aeternam, dona eis Domine...Réquiem aeternam...Me parecía poder estar tranquilo y que si existía otro mundo donde sobrevivía aquella a quien había amado tanto, allí estaría dichosa..."

Elya y Jóse siguen amándose allá en la pequeña Isla de Menorca mientras les rozan los ecos del Réquien de Fauré.