Monday, November 23, 2015

Joana Vasconcelos en el Museo THYSSEN BORNEMISZA




Joana  Vasconcelos vive a orillas del Tajo, en Lisboa, y no se sabe muy bien si sus aguas, mitad españolas, mitad portuguesas, la han dotado de un arte especial que va de lo folklórico a lo iconoclástico, pasando por la más desbordante imaginación. A Joana le gusta experimentar con lo que ve, con lo que tiene a su alcance. Elementos sencillos que nos hablan de un pasado y de unas costumbres con las que Joana se divierte.

Pudimos ver parte de sus obras en ARCO, hace cuatro años, y ya sorprendía a los curiosos con sus trabajos de ganchillo evocando a las abuelas, a la decoración muy portuguesa que se utiliza en las sencillas casas de las gentes de la mar o de tierra adentro. Costumbre que se repite también en las casitas humildes de las islas griegas donde parece que el tiempo no existiera y se puede distraer con primorosos trabajos manuales. Joana juega con los colores, con los tejidos, con las formas y todo va cobrando vida entre sus manos.

El próximo día 25, el Museo Thyssen Bornemisza, junto a la Embajada de Portugal, presentan al público una de sus obras perteneciente a la Colección de Arte, Fundación EDP "Estrangers in the nigth".

Las obras de esta mujer rompedora se conocen en medio mundo y ha sido distinguida en numerosas ocasiones. Su estilo y forma de hacer refleja la evolución de nuestros vecinos portugueses que, pese a las dificultades de los últimos años, salen adelante y apuestan por un arte puro y maduro al mismo tiempo. Joana es muy consciente de que ella es un icono y un ejemplo a seguir por sus paisanos:  " El que Portugal tenga una artista como yo, es la demostración de un país nuevo, del paso de una larga dictadura a una democracia" cuenta, "Yo soy un producto de ello. Nací en París pero vine a Portugal con tres años. Hice toda la escuela en democracia. Si me exiliara, en parte, Portugal dejaría de tener esa imagen internacional"

Monday, November 16, 2015

Museo Reina Sofía





El Museo Reina Sofía presenta mañana, martes 17 de noviembre, en el Palacio de Velázquez del Parque del Retiro, la exposición Verso / Reverso, de Andrzej Wróblewski, uno de los artistas polacos más importantes del siglo XX.

Esta muestra retrospectiva es la primera vez que se realiza fuera de Polonia y la compone 150 obras que abarca desde los inicios de su trabajo y el final del mismo, cuando el artista tras es realismo estalinista socialista intenta redefinirse como si comenzara de nuevo. (1956-1957).

Este pintor (1927-1957), es casi desconocido en España pero muy reconocido en su país. Se movió entre la abstracción y la figuración. Sus cuadros reflejan una cruda visión tanto de la guerra como de la postguerra y en definitiva del sufrimiento humano, donde no escatima su compromiso político.

Pese a la carga dramática que reflejan cada una de sus obras, destaca el vivo color, típico del fauvismo  y las formas, poliédricas, del cubismo




Sunday, November 08, 2015

MUNCH (Arquetipos) Museo Thyssen-Bornemisza






Mundialmente conocido por su famosa pintura "El grito" Edward Munch nos llenó de terror, un terror incontrolado que nos deja paralizados y que consiguió plasmar en ese rostro cadavérico que se tapa los oídos o se cubre la cabeza ante la indiferencia de los que pasan a su lado por el puente. Sin embargo, muchas de las obras de este genial artista las impregnó, sino de ese miedo incontrolado, de un grito silencioso que se introduce en el alma y sale al exterior apenas sin notarse pero dejando en el rostro una huella indeleble. Al espectador no le queda más remedio que intentar indagar en la vida del artista para llegar a comprender sus desvaríos, sus miedos, sus pasiones y frustraciones, su dolor o sus momentos de felicidad en contacto con la naturaleza.  Ochenta obras maestras que definen la larga y prolífica obra del pintor para sintetizar las obsesiones del hombre a lo largo de la historia.

Edward Munch vivió los ambientes literarios del momento lo que influyó en su obra que aportó a la  modernidad pujante a finales del siglo XIX. Conoció a figuras como Nietzsche, August Strindberg o Henrik Ibsen, importantes intelectuales que destacaban en Europa, por tanto no es de extrañar que el arte de Munch se nutriera de una mezcla de corrientes literarias, tradiciones artísticas, incluso, prácticas esotéricas, donde cabían también los mitos del norte de Europa. Una mezcla que fue fructífera y definitiva en la obra del pintor que abarcaba tanto lo físico como lo espiritual, aspectos que refleja con nitidez en sus pinturas.

Le obsesionaban tanto el amor como la muerte, el deseo y los celos, la ansiedad, la enfermedad o la melancolía; sensaciones que le acompañaron durante todo su vida creativa. Estas ochenta obras constituyen un lenguaje directo que buscan la implicación del espectador por las que se siente irremediablemente atraído.

Considerado uno de los padres del arte moderno junto a Cézanne, Van Gogh y Gauguin, Munch fue un creador esencial en la formulación de la sensibilidad artística contemporánea. La muestra ha sido organizada con la colaboración del Museo de Oslo, y comisariada por Paloma Alarcó y Jon-Ove Steinaug.

Podría decirse que Munch rompió con el mundo visible y exploró la dimensión oculta de la realidad para evolucionar desde el simbolismo al expresionismo más explícito.

"Arquetipos" en el Thyssen se distribuyen en: Melancolía, Muerte, Pánico, Mujer, Melodrama, Amor, Nocturnos, Vitalismo y Desnudos. Cada uno de estos tipos están cargados de una fuerza que resultan, además de bellísimos, inquietantes.

www.museothyssen.org
Del 6 de octubre 2015
hasta el 17 de enero 2016


Monday, November 02, 2015

"ALCINA" DE HÄNDEL EN EL TEATRO REAL DE MADRID





 El Teatro Real de Madrid  presenta en estos días la ópera Alcina, una coproducción  del propio teatro y de la Ópera National de Bordeuaux. Esta obra fue compuesta por Händel para la primera temporada del compositor en el Teatro Covent Garden de Londres. Aunque Händel solía componer en verano, esta  ópera  la terminó de escribir en Abril siendo estrenada ese mismo mes.

El director David Alden contempla el teatro como punto de evasión y refugio para obviar la realidad inspirándose en la película de Woody Allen, La rosa púrpura de El Cairo.

Junto a Ariodante y Orlando, Alcina conforma una triada que se basa en el Orlando furioso de Ludovico Ariosto. Esta obra, como las anteriores, cayó en el ostracismo tras ser representada en Braunschweig, en 1738. Posteriormente, dos siglos después, se representa en Leipzig en 1928 y en España en 1943, en Barcelona.

La historia transcurre en la isla de la hechicera Alcina. Ruggiero y Bradamante son los protagonistas. Ruggiero escapa de Bradamante con frecuencia y ésta lo busca sin cesar hasta rescatarlo de un castillo encantado, pero un caballo volador lo lleva hasta una isla en medio del océano. A partir de este momento comienza la magia: lo real se convierte en imaginario y Ruggiero descubre que la isla pertenece a dos hermanas hechiceras, Alcina y Morgana. El espectador se sentirá atrapado y se dejará llevar por un mundo de fantasía con el que podrá soñar durante toda la representación.

Resulta esclarecedor para adentrarse en la complejidad de esta ópera apuntar algunos datos que nos descubre el propio director de escena, David Alden, quién dice de sí mismo que él es un cantante frustrado que  se aprende de memoria los textos y las partituras. Añade, que al igual que el joven Ruggiero, escapa de la vida normal y de sus responsabilidades, él también se escapa de la suya, huye para escudarse en el mundo de la fantasía, de la ópera y del teatro – quién no ha sentido, en ocasiones, deseos de escapar de algo-.

Sobre Alcina, manifiesta Alden, que después de 280 años de haber sido compuesta por Händel, ofrece grandes similitudes con los comportamientos actuales. Temas como el sexo o el lugar que ocupa la mujer actual, los contempla con cierta distancia y hasta con ironía. El espectador llega a la conclusión de que es el mundo irreal y fantástico el que querría vivir, como Alicia en aquél país de las maravillas. En Alcina ocurren también cosas mágicas donde vemos transformarse a los personajes en piedras, árboles o animales salvajes a los que hay que destruir. Elementos que van sucediéndose en escena mientras la música bajo la batuta de Chistopher Moulds al frente de la Orquesta y coros del Teatro Real y  las voces de los siete cantantes llenan, con creces, las expectativas del público.